El
sábado 4 de octubre,
las familias musulmanas de El Ejido celebraron
la Fiesta del
cordero: es una
fiesta en la que se recuerda que cuando Ibrahim fue a sacrificar a su
hijo Ismael, y Alá
le dijo que no lo hiciera, así
que le mandó un un
cordero
del cielo para
que lo sacrificara en su lugar (Sura
34).
Este día es un día de oración por lo que: Por la mañana los hombres y los niños se levantan para ir a rezar a la mezquita, pero como no caben todos, se van al pabellón, y mientras, las mujeres y las niñas preparan el desayuno. Cuando vuelven de rezar se felicitan todos los miembros de la familia entre sí. Por la tarde, cada familia recibe visitas de sus familiares que viene a felicitarles las fiestas y a comer pinchos de cordero. Los marroquíes tienen la costumbre de llenar la mesa de dulces caseros, de pinchos de una pata del cordero y siempre como bebida principal, el té. Por la noche, todas las familias salen a la calle para pasearse y la cena siempre suele ser entre toda la familia que se reúne en casa de uno de ellos.
Al día siguiente, la carne
del animal es separada en tercios, una para la persona que obsequia a
la bestia, otra para repartir entre sus parientes y el último tercio
para los necesitados, independientemente de su religión, raza o
nacionalidad.
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